Caminando en Washington, D.C., o como me gusta llamarlo, la Ciudad de Dis, fin de semana pasado, me encontré rodeado de juerguistas disfrazados que celebraban Halloween. Cada uno no era quien parecía ser. Y todos estaban completamente borrachos.
El día anterior, 27 de octubre de 2022, Elon Musk había cerrado su compra de Twitter. Las publicaciones en las redes sociales fluyeron criticando la adquisición de la más fascinante de las empresas de redes sociales.
Twitter y Halloween tienen mucho en común. En Twitter, como en Halloween, la gente finge ser quien no es. Y quiénes pretenden ser revela quiénes son.
Para Halloween, algunos hombres se disfrazan de héroes, otros de piratas y otros de muertos vivientes. Se comerían tus sesos, si los tuvieran.
Algunas mujeres se visten con trajes de época, algunas se visten como cosas, como una hamburguesa o una botella de salsa, y muchas se visten como rameras: ratón ramera, gata ramera, enfermera ramera, básicamente rameras de todos los gustos. Lo entendemos. ¡No hay necesidad de hacerlo en exceso, señoras!
En Twitter, algunos son izquierdistas, algunos son derechistas, algunos se hacen pasar por observadores políticos de derecha e izquierda. Algunos se hacen pasar por la conciencia, emitiendo un juicio moral. Y algunos se hacen pasar por “el ello”, ocupando el espacio entre escandaloso y repugnante. Curiosamente, el último tipo parece más veraz que el primero.
Pero hay un tipo de gente en Twitter que son los mas farsantes de todos, l los de la marca azul.
Los “Twits” que tienen una marca azul junto a su identificador están “verificados”. Se supone que significa que no son bots (una inteligencia artificial o una persona de Internet controlada de otra manera) y que no son propagadores de información errónea. Pero para las personas que tienen la marca azul, se siente como una celebridad.
Es lo más cercano a la nobleza en Estados Unidos, y eso me hace reír.
América tiene muchas características importantes. Una es que no hay títulos de nobleza. La otra son las excepciones. Los estadounidenses encuentran excepciónes en cada regla.
La marca azul es solo una excepción escapatoria para que las personas que necesitan sentirse desiguales, que necesitan pensar que son mejores que usted (sin motivo alguno), puedan hacerlo.
Si Cervantes es el escritor cómico español, P.G. Wodehouse es el escritor cómico de Inglés. Wodehouse escribe sobre los payasos que forman las élites de Inglaterra, que se conocen con nombres como Sir Watkyn Bassett y Roderick Spode, séptimo conde de Sidcup.
Las élites de Estados Unidos se conocen con nombres como Dan Rather, el Séptimo Conde de Marca Azul o Jonah Goldberg, el Tercer Baronet de Marca Azul.
Uno de los primeros actos de Elon Musk como director general de Twitter fue anunciar que a partir de ahora los condes y barones de Marca Azul tendrían que pagar 8 dólares al mes por los privilegios de sus títulos.
¡Ojo pelao!
Reaccionaron exactamente como uno esperaría: con horror. “¡Estás vendiendo títulos de nobleza!” Los nobles disfrazados de Twitter entraron en pánico como si fueran Romanov y el Twitter de Musk fuera la Rusia de 1917.
¡Qué triste!
Este es el carácter de las élites más ruidosas de Estados Unidos. Y esto revela quiénes son y de qué se trata la elección de 2022. No se trata de salvar a “Nuestra Democracia™” del fascismo. Se trata de salvar a nuestra república de los condes de marcas azul y los intereses oligárquicos que ellos protegen.
Fecundo on Location:
The Hacienda of the Blue Checkmark
Walking in Washington, D.C., or as I like to call it, the City of Dis, last weekend, I found myself surrounded by costumed revelers celebrating Halloween. Each was not who he seemed to be. And they were all thoroughly drunk.
The day before, October 27, 2022, Elon Musk had closed his purchase of Twitter. Social media posts flowed criticizing the takeover of this most fascinating of social media companies.
Twitter and Halloween have much in common. On Twitter, as on Halloween, people pretend to be who they are not. And who they pretend to be reveals who they are.
For Halloween, some men dress as heroes, some as pirates, some as undead. They’d eat your brains, if they had any.
Some women dress in period costumes, some dress as things, like a hamburger or a bottle of salsa, and many dress as harlots: mouse harlots, cat harlots, nurse harlots, basically harlots of every flavor. We get it. No need to overdo it, ladies!
On Twitter some are leftists, some are rightists, some pose as political observers of Right and Left. Some pose as the conscience, casting moral judgment. And some poses as the id, occupying the space between outrageous and disgusting. Oddly, the latter type seems more truthful than the former.
But there is one type on Twitter who are the biggest fakes of all, the blue checkmarks.
“Twits” who have a blue checkmark next to their handle are “verified.” It is supposed to mean they are not bots (an artificial intelligence or otherwise controlled internet persona) and that they are not spreaders misinformation. But for the people who have the blue checkmark it feels like celebrity.
It’s the closest thing in America to nobility, and it makes me laugh.
America has many important features. One is there are no titles of nobility. The other is loopholes. Americans find loopholes in every rule.
The blue checkmark is just a loophole so people who need to feel unequal—who need to think they are better than you are (for no reason)—can.
If Cervantes is the comic writer of Spanish, P. G. Wodehouse is the comic writer of English. Wodehouse writes about the clownish elites of England, who go by names like Sir Watkyn Bassett and Roderick Spode, Seventh Earl of Sidcup.
The elites of America go by names like Dan Rather, the Seventh Earl of Blue Checkmark or Jonah Goldberg, the Third Baronet of Blue Checkmark.
One of Elon Musk’s first acts as CEO of Twitter was to announce that from now on the earls and baronets of Mark of Blue Checks would need to pay $8 a month for the privileges of their titles.
¡Ojo pelao!
They reacted exactly as one would expect: with horror. “You are selling titles of nobility!” The costumed nobles of Twitter panicked like they were Romanovs and Musk’s Twitter was 1917 Russia.
So sad.
This is the character of America’s most noisy elites. And this reveals who they are and what the election of 2022 is about. It is not about saving “Our Democracy™” from fascism. It is about saving our republic from the clown-earls of blue checkmarks and the oligarchic interests they protect.